Estoy continuamente naciendo, y por eso me identifiqué con la aurora que habla María Zambrano.
En Italia hay un culto a la Aurora, ella es promesa eterna de cada día, antes de que venga la verdadera luz.
Es el mismo miedo que tenían los aztecas, de que a lo mejor el sol no salía. ¿Y si ese amor no fuera nada? - Como decía Pellicer-, ¿nacerá o no nacerá? Para mi esta angustia del nacer cada día conforma la verdadera biografía de un artista, o de un hombre que, como yo, ha querido ser artista...
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